Muchos autónomos optan por darse de baja en la Seguridad Social durante los meses de verano. El motivo es que se evitan hacer frente a los pagos durante el período estival, cuando sus negocios están parados.
Asimismo, la situación provocada por el COVID-19 ha disparado las cifras de bajas en verano. Muchos de los trabajadores por cuenta propia se han visto en la necesidad a causa de los estragos económicos fruto de la crisis.
Sin embargo, tomar esta decisión tiene sus consecuencias. Por ello, consideramos necesario explicar cuáles son todos los derechos que perderá el autónomo tras solicitar su baja.
El cese de actividad extraordinario mantiene vigente la actividad
El pasado mes de junio se aprobó el cese de actividad extraordinario. El Gobierno puso a disposición esta medida para aquellos que recibieron esta prestación hasta el final del estado de alarma. Sin embargo, la condición para mantener el cese de actividad es mantener la actividad en funcionamiento. Todo ello a pesar del evidente descenso de la facturación que se está sufriendo durante los meses de julio, agosto y septiembre.
Además, una de las condiciones para que se mantenga esta prestación es estar dado de alta como autónomo en la Seguridad Social y haber cotizado de forma ininterrumpida al menos doce meses antes de la solicitud del cese de actividad.
Pérdida del derecho a la tarifa plana
Los trabajadores por cuenta propia que tengan tarifa plana no podrán volver a disfrutar de ella si de dan de baja en verano. Esto es debido a que tendrán que abonar 286,15€ al volver a darse de alta en la Seguridad Social.
Suspensión de las coberturas sociales
Las coberturas sociales a las que tiene derecho todo trabajador tras su jubilación quedarían interrumpidas. Éstas incluyen la jubilación, el cese de actividad o la incapacidad temporal. Todas ellas están sujetas a un período mínimo de cotización que, en caso de baja del autónomo, se vería suspendida temporalmente. Y, por lo tanto, se reflejaría en el historial laboral del trabajador.
